Adquirido por María de Médici entre 1614 y 1631, el Jardín de Luxemburgo sufrió numerosas transformaciones antes de que la obra de Haussmann le confiriera su trazado actual.
Aunque la superficie del terreno (unas 23 hectáreas) es aproximadamente equivalente a la adquirida por María de Médici, su trazado ha cambiado completamente a lo largo de los siglos. No fue hasta finales del Segundo Imperio cuando se establecieron los límites actuales del jardín.
Descubra en esta sección los momentos clave de la historia del Jardín de Luxemburgo, que los documentos audiovisuales y sonoros puestos a su disposición por el Senado le permitirán explorar desde diferentes ángulos.
Fechas clave en la historia del jardín
Siglo III
Los galorromanos
Los elementos decorativos y los objetos descubiertos durante las numerosas excavaciones demuestran la presencia de villas ocupadas por residentes adinerados. Se trata de objetos refinados, como el mango de un espejo, un brazalete, pendientes, etc. La villa descubierta en el lado oeste del actual palacio parece haber sido construida hacia finales del siglo I d.C. Debió de estar decorada con frescos policromados y, al menos, un estanque de mosaico.
El yacimiento también albergaba talleres de alfarería, señal de un barrio artesanal: se desenterraron numerosas piezas de cerámica sigilada decorada, así como fosas con restos de materiales de los artesanos e incluso un horno de alfarero. Así como un gran número de capas superpuestas de cerámica galorromana.
Siglo XI
Castillo de Vauvert
En 1016, París pasó a formar parte del dominio real de Roberto II, conocido como Roberto el Piadoso (970-1031), hijo de Hugues Capet. En aquella época, la zona estaba plantada de viñas. ¡El vino cosechado aquí es tristemente famoso por su acidez!
Roberto el Piadoso estableció su residencia en medio de estos viñedos, en un verde valle que tomó el nombre de "Vauvert" (vallis viridis). Se cree que el castillo es una de las primeras residencias reales de París. A pesar de su legendaria piedad, Roberto II repudió a su esposa Rosalía para casarse con su prima Berta de Borgoña. El Papa lo excomulgó por considerar que la relación de parentesco entre ellos era demasiado estrecha. A su muerte, en 1031, la residencia fue abandonada: no era buena idea recuperar la casa de un rey excomulgado: era un lugar maldito, temido por albergar la presencia del diablo.
Edad Media
El Diablo Vauvert
Vauvert adquirió un carácter inquietante: situado extramuros y cerca de la carretera del sur que conducía a Orleans, sus ruinas se convirtieron en guarida de bandoleros y mendigos. En sus inmediaciones, hay canteras abandonadas cuyos túneles subterráneos pueden proporcionar múltiples escondites. Los cercanos viñedos de Clos Vigneray proporcionaban bebida barata y abundante a todos estos "diablos". Todo ello hace que el castillo parezca una "corte de los milagros".
¡Los informes de la época mencionan gritos, aullidos y ruidos aterradores! Por lo tanto, se acabó por creer que el lugar era maligno. Allí se han visto espíritus, monstruos mitad humanos mitad serpientes ¡y el mismísimo diablo! Nadie se atreve a aventurarse allí, ni siquiera los gendarmes. La marginalidad del castillo de Vauvert duró más de un siglo y dio lugar a la expresión popular: "aller au diable Vauvert" (irse al diablo Vauvert).
Siglo XIII
La Chartreuse de Vauvert
A mediados del siglo XIII, el rey Luis IX (San Luis), deseoso de atraer órdenes religiosas a su ciudad de París, pidió a los monjes cartujos, cuya regla admiraba, que vinieran a fundar un monasterio en las cercanías. Los monjes respondieron favorablemente a esta llamada y dieron a este lugar una dimensión espiritual con su presencia.
Llegaron a Vauvert el 21 de noviembre de 1257. Junto con sus dependencias, el castillo ocupa una superficie de unos nueve acres (más de dos hectáreas). Gracias a numerosas adquisiciones, los monjes pronto pudieron ampliar su propiedad y a finales de siglo, el terreno de los monjes cartujos cubría una vasta superficie de unas diecisiete hectáreas.
Siglo XVII
María de Médici
A la muerte de Enrique IV, en 1610, su esposa María de Médici, de 37 años, se convierte en regente del reino hasta la mayoría de edad de Luis XIII, que tenía solo ocho años y medio. La Reina consideraba que el Louvre no era una residencia adecuada para ella y deseaba su propia residencia. Decidió construir un palacio italiano para recuperar el ambiente de su país natal.
Adquirió el Petit Luxembourg en 1612. Se trata de una sencilla mansión de tres alas perteneciente a François, duque de Piney-Luxembourg, amigo de la pareja real. Antes de adquirirla, la reina venía a menudo aquí a disfrutar de la paz y la tranquilidad con sus hijos pequeños. Al delfín Luis le encantaba jugar y cazar en el jardín del duque.
Siglo XVIII
El tamaño del jardín sufrió cambios
La finca permaneció inalterada hasta que el Palacio de Luxemburgo fue cedido como apanage al conde de Provenza. Para pagar la restauración del palacio, se vendió el extremo occidental de los jardines del lado de Notre-Dame-des-Champs. En 1782, se cedieron unas diez hectáreas y se trazó la calle de Luxembourg, futura calle Guynemer. Entre las callejuelas sacrificadas, figuran el "Valle de los Filósofos", donde Rousseau, huésped del hotel Saint-Quentin de la calle Victor-Cousin en 1741, paseaba por las mañanas mientras ejercitaba su recalcitrante memoria con las églogas de Virgilio, y la elocuentemente bautizada "Allée des Soupirs".
Siglo XIX
La obra del barón Haussmann
Las remodelaciones de Haussmann se hicieron en gran parte a expensas del parque, recortado inicialmente por el ensanchamiento de la calle de Vaugirard y la apertura del bulevar Saint-Michel. En 1865, se decidió delimitar el jardín por el sur mediante una calle abierta en la prolongación de la calle de l'Abbé-de-l'Épée, y la subdivisión del vivero y del jardín botánico.
En su momento, esta decisión causó indignación y suscitó peticiones, una de las cuales alcanzó las 12 000 firmas. De ahí en adelante, el jardín se trazó en su disposición actual.
